Mitigación de conflicto y negociación para el logro de una comunicación eficaz

Por: MSc. Danays González Labrada

Para hablar de la comunicación, es necesario empezar por aclarar lo que este término significa. Los diccionarios especializados en la materia, establecen que la comunicación es la acción y efecto de comunicar o comunicarse, es la transmisión de un mensaje entre un emisor y un receptor mediante un código común. Los filósofos, sociólogos y psicólogos, por su parte, se han servido de este concepto para designar el conjunto de modos específicos que pueden adoptar las relaciones humanas en cuanto son, o pueden ser, relaciones de participación recíproca o de comprensión de los seres humanos que participan en la misma.

Hay que tener en cuenta que, en una organización, el emisor o fuente del mensaje es la persona que tiene una información, necesidad o deseo, así como un propósito para comunicarlo a otra persona o varias. El receptor es la persona que percibe el mensaje y que en una organización puede estar representado por una cantidad de personas, por ejemplo, cuando se dirige un memorando a todos los miembros de la organización, o puede haber solo uno, cuando un empleado de la organización habla de algo privado con un compañero de trabajo.

Debemos ganar en claridad sobre la diferencia entre una comunicación efectiva y otra inefectiva. Esto puede deberse a la forma como las partes involucradas manejan los aspectos relacionados con las diferencias de percepción, en cuanto a que las personas perciben los fenómenos en función de sus conocimientos y experiencias. Además, las reacciones emocionales como el odio, la ira, el amor y el miedo, entre otros, determinan en la manera cómo se comprenden las cosas. De la misma manera los mensajes enviados y recibidos están sujetos a las influencias de factores no verbales como los movimientos corporales, la ropa, la postura, los gestos, los movimientos de los ojos y el contacto corporal. Otro factor necesario es la confianza o desconfianza en el mensaje, debido al nivel de credibilidad que se logre con respecto al emisor.

Si se logra una comunicación interna incluso, puede llegar a ser en un momento dado, elemento clave para tomar decisiones puntuales capaces de conducir al éxito de la organización, pero hay que tener en cuenta que, aun cuando hay empresas u organizaciones que reconocen esto, generalmente destacan con mayor frecuencia la comunicación externa.

Al hablar de la comunicación en la organización, se debe señalar que esta se da en dos formas: la comunicación con el mundo externo y la comunicación con el mundo interno, elementos claves para la formación de la imagen de la empresa o institución.

En cuanto a la comunicación con el mundo externo, puede darse usando la publicidad, pero no es la única vía para transmitir la credibilidad que se busca. Otra variante son las noticias a través de los medios de comunicación social, aunque existirá la posibilidad que algunas de estas no sean escogidas para ser publicadas.

Hay destacar que la imagen de la empresa u organización, no solo se logra con publicidad o noticias, sino con la manera como se presenta y actúa la empresa frente a la comunidad y en especial junto al público objetivo, en la actividad gremial y sectorial con su estilo y comportamiento frente a funcionarios de gobierno; es la presencia en exposiciones, los folletos que publica o patrocina, es la manera como se involucra socialmente con la comunidad a la que pertenece y no solo es lo que dice, sino lo que deja de decir, es el medio que utiliza para comunicarse.

En cuanto a la comunicación que deben lograr las organizaciones con su mundo interior, no es solo con la actitud amplia y clara de la dirección, también es necesario considerar, que el proceso no culmina con la publicación de noticias en impresos internos, folletos, memoranda o charlas. Existen aspectos muy importantes como el clima organizacional, el sentido de pertenencia, el nivel de satisfacción y de beneficios, el ejemplo de sus jefes, entre otros.

Cuando aparece el conflicto

La comunicación es el elemento ideal para la solución de conflictos, más cuando se tiene en cuenta que el conflicto forma parte de la vida cotidiana, unos más complejos que otros, lo importante es saber enfrentársele y tener la suficiente agudeza cognitiva como para anticipar los posibles escenarios.

Esta problemática trae consigo una serie de elementos tales como: el constante olvido por parte de la dirección de la necesidad de los empleados de ser escuchados, el reconocer ideas y criterios de peso que tienen sus trabajadores. Por eso la importancia de analizar y hasta cuantificar los grados de comunicación e incomunicación que existen en la organización, y sobre todo la calidad de la misma, para cada uno de los polos involucrados.

Es cuando se presenta la necesidad de dirigir el proceso comunicativo en las organizaciones, pero la elección del líder debe surgir por varias vías: innatamente donde sus cualidades naturales lo llevarán a esta posición dentro del grupo, o por elección por parte de la empresa al observar la potencialidad del sujeto. De cualquier forma, toda organización necesita líderes que coordinen el trabajo, energías, sentimientos y expectativas de los trabajadores en busca de beneficios comunes.

Cuando se crea un equipo de trabajo, generalmente aparecen dificultades entre los miembros del mismo y el líder. Es lamentable que estas diferencias puedan no ser tan fáciles de detectar por parte del líder, pero es muy obvio para sus subordinados y para un observador externo. La dificultad no está dada en que el supervisor y los subordinados tengan diferencias, sino en cómo las resuelven.

Ciertamente hay que considerar que no se debe asumir el conflicto como malo o bueno, no debe reflejarse a prejuicios de ética, ni ser considerado como una disputa, sino simplemente como una diferencia de opiniones e intereses que debe ser dilucidada. El problema radica en cómo manejar estas diferencias y revertirlas a favor de los objetivos del colectivo laboral. Por ello la problemática trae consigo sus enseñanzas y experiencias de las cuales se beneficia el hombre como tal. Las experiencias sirven de soporte para nuevas situaciones, mostrando aquellas herramientas para manejar de la manera más adecuada a sus intereses.

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