Por: Rafael Cristo Diaz. Coach
La forma en que manejamos nuestras emociones determina la calidad de nuestra vida, probablemente ya habías escuchado esto en muchas ocasiones; ahora bien: Si tenemos clara la teoría: ¿Por qué no la aplicamos a la práctica de forma adecuada?
Asumir una auténtica conciencia emocional para utilizarla en nuestro beneficio es el mejor regalo que podemos hacernos como personas. Solo así mejoramos nuestras relaciones, con nosotros mismos y con los demás, lograremos sentirnos mejor para enfrentar y salir victoriosos de retos tareas y situaciones cotidianas y sin dudas estaremos mejor preparados para alcanzar nuestro máximo potencial de desempeño.
La sociedad y en especial la escuela, nos ha ofrecido una formación basada en exclusiva en las competencias intelectuales. Sin embargo, la complejidad de cada uno de nuestros escenarios, como la familia, el trabajo o nuestras relaciones de pareja, nos sumen a veces en auténticos laberintos existenciales donde todo nos supera y nada parece darnos respuestas.
¿Qué podemos hacer en estos casos? ¿Dónde está la salida?
En realidad más que salida lo que hay es una llave. Una herramienta indispensable con la que hallar el equilibrio: la Inteligencia Emocional. Activarla es precisamente lo que demos hacer todos sin importar el momento de nuestra vida en que nos encontremos.
En esta ocasión solo pretendo comentarte brevemente 6 habilidades que considero fundamentales y claves para desarrollar la inteligencia emocional.
En primer lugar tenemos el Autoconocimiento.
Como seres humanos, no podemos suspender, desconectar o eliminar las emociones de nuestro repertorio de experiencias y comportamientos. Las emociones no son simplemente una opción dentro de un menú del que podemos escoger alguna de las opciones sugeridas. Por el contrario, representan un componente fijo de nuestro programa de comportamiento. Las emociones son reacciones instintivas – impulsos o disposiciones – para actuar, ante situaciones y circunstancias diversas.
Podemos definir que el Autoconocimiento se refiere a la capacidad de comprender y conocerse a uno mismo, incluyendo nuestras emociones, pensamientos, comportamientos y motivaciones. El autoconocimiento nos permite ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades, y tomar decisiones de manera consciente sobre cómo manejar nuestras emociones e interactuar con los demás. También nos ayuda a desarrollar habilidades para regular nuestras emociones y pensamientos y a tomar decisiones saludables y efectivas.
En segundo lugar tenemos el Autocontrol.
El autocontrol es una habilidad clave de la inteligencia emocional que se refiere a la capacidad de regular y gestionar nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Incluye la habilidad de mantener la calma en situaciones estresantes, tomar decisiones racionales y no dejarse llevar por impulsos negativos. El autocontrol también implica ser consciente de nuestras emociones y saber cuándo y cómo expresarlas de manera apropiada.
La fuerza de las emociones es tal, que mantiene nuestra atención concentrada en toda una serie de facetas cognitivas: pensamientos, reflexiones, recuerdos, imágenes, que potencian el estado emocional negativo. El iracundo no puede dejar de acordarse de la grave injusticia que le han hecho, el miedoso de la situación que ha de afrontar o el depresivo de lo que cree haber perdido.
La persona que desea tener control emocional, que no quiere vivir bajo el sometimiento a estados emocionales que le hacen sufrir, ha de posicionarse en una actitud metacognitiva, esto es, darse cuenta que el problema no está en lo que creemos que nos provoca la emoción y sí en la misma emoción.
Ahora entra en escena dentro de estas 6 habilidades claves de la inteligencia emocional: la Automotivación.
Generalmente, al hablar de motivación nos referimos a las fuerzas internas o externas que actúan sobre un individuo para disparar, dirigir o sostener una conducta. En términos técnicos, muchos autores la definen como “la raíz dinámica del comportamiento”, lo cual quiere decir que toda forma de conducta nace en algún tipo de motivo.
Dicho en términos más sencillos, la motivación es la energía que nos empuja a emprender o sostener una acción o una conducta. Su desaparición acarrea necesariamente el abandono de lo que se hace. Por eso, es mucho más difícil alcanzar objetivos cuando se carece de motivación.
Es la motivación la que nos permite crear hábitos, intentar cosas nuevas, sostener el esfuerzo en alguna tarea que consideremos gratificante o productiva, e incluso es necesaria para satisfacer determinadas necesidades fundamentales.
Si deseas profundizar en este tema, escucha el curso en formato podcast que hemos creado y que se titula: ¨Aprende a motivarte para alcanzar tus metas¨.
La Empatía es otra de las habilidades claves que no podemos dejar de mencionar.
La empatía implica la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, comprender sus perspectivas y sentir lo que ellos están sintiendo. La empatía es esencial para construir relaciones saludables y afectivas, ya que ayuda a las personas a comunicarse de manera más efectiva y a resolver conflictos de manera pacífica. También se considera una habilidad importante para la toma de decisiones éticas y para trabajar en equipo.
Practicar la empatía nos ayuda a ampliar nuestras perspectivas y con ello a enriquecer nuestro mundo con nuevas ideas, puntos de vista y oportunidades. Es una habilidad social clave que, como ya hemos visto, nos permite escuchar mejor, comprender y formular mejores preguntas, tres aspectos fundamentales de una buena comunicación. Además, es una de las bases para construir relaciones sólidas y enriquecedoras.
En quinto lugar de esta lista de habilidades claves, tenemos la Autoconfianza:
La autoconfianza se refiere a la creencia en uno mismo y en la capacidad de manejar situaciones y tomar decisiones. La autoconfianza permite a las personas confiar en sus propias habilidades y juicios, y les da la seguridad para actuar en consecuencia. La falta de autoconfianza puede llevar a la indecisión y la inseguridad, lo que puede limitar las oportunidades y el desempeño en la vida. La construcción de la autoconfianza requiere una comprensión de uno mismo y un enfoque en la mejora continua.
Y finalmente tenemos la Actitud Positiva.
El optimismo —al igual que la esperanza— significa tener una fuerte expectativa de que, en general, las cosas irán bien a pesar de los contratiempos y de las frustraciones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. Y al igual que ocurre con su prima hermana, la esperanza, el optimismo —siempre y cuando se trate de un optimismo realista (porque el optimismo ingenuo puede llegar a ser desastroso), tiene sus beneficios.
Martin Seligman, psicólogo de la Universidad de Pennsylvania define al optimismo en función de la forma en que la gente se explica a si misma sus éxitos y sus fracasos. Los optimistas consideran que los fracasos se deben a algo que puede cambiarse y así, en la siguiente ocasión en la que afronten una situación parecida pueden llegar a triunfar.
Los pesimistas, por el contrario, se echan las culpas de sus fracasos, atribuyéndolos a alguna característica estable que se ven incapaces de modificar. Y estas distintas explicaciones tienen consecuencias muy profundas en la forma de hacer frente a la vida.
Desarrollar la inteligencia emocional es sin dudas un viaje de descubrimientos y de aprendizajes sensacional, descubrirla está en nuestras manos, ir hasta lo más profundo de nuestro ser para iluminarlo y hacerlo Florecer puede ser más fácil que nunca si sostenemos el compromiso de aprender y desarrollar estas habilidades. Activar nuestra Inteligencia Emocional es un modo vital y maravilloso de gestionar mejor nuestras emociones para dirigirlas a nuestro favor.
Te dejo el enlace a un Curso Básico de Inteligencia Emocional en formato podcast que tengo en mi canal de Telegram: https://t.me/RafaelCristo_Coach para que profundices un poco más en estas temáticas.
Espero que te sea de utilidad la información y me despido hasta la próxima
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