¿Siempre que informamos, comunicamos?

Lic. Amanda Sánchez Montero

La universidad como centro de estudios del nivel superior, no solo establece acciones que permiten a los estudiantes adquirir nuevos conocimientos y enseñanzas, sino también patrones de comportamiento y actitudes que favorecen la formación integral de los estudiantes. En este sentido, se desarrollan actividades que permitan al estudiantado moldear su carácter, alcanzar madurez y ser capaz de formar su criterio personal a través de una comunicación bidireccional entre profesor-estudiante y estudiante-profesor.

Esta formación es un punto clave en la vida del universitario, pues la misma recoge todos los procesos de la universidad, como son: pregrado, posgrado, ciencia, tecnología e investigación, extensión universitaria, entre otros.

Todos estos fomentan su convivencia con el entorno, en coherencia con una personalidad reflexiva, crítica, sensible, creativa y responsable. De ahí que contribuyen al desarrollo político, económico y sociocultural de la provincia y la región oriental cubana, formando y consolidando valores patrios y de profundo sentido humanista, preservando, generando y promoviendo conocimientos y habilidades.

Es aquí donde juega un papel fundamental la comunicación, pues es la base de la transmisión de todos estos nuevos conocimientos. ¿Alguna vez se ha preguntado si la información que usted envía a sus receptores, comunica? ¿En alguna ocasión le ha sucedido lo contrario?

Comunicar e informar son dos palabras que a simple vista pueden parecer sinónimos, sin embargo, son notables las diferencias entre ambas acciones, y es que, aunque la información forme parte del proceso comunicativo, en muchos casos cuando nos limitamos exclusivamente a informar no logramos atraer la atenciónde la mayor parte de nuestros públicos-objetivo y, por tanto, no logramos seducirles, llamar su atención e influir en ellos, que es lo que busca una buena comunicación.

La comunicación no siempre es un lenguaje claro y fluido, muchas veces el mensaje se distorsiona o se deforma, no llegando de forma adecuada al receptor. Cuando esto ocurre, significa que están operando las barreras de la comunicación, que no son más que interferencias u obstáculos que se producen en la misma.

Existen diferentes tipos de barreras, dentro de estas se incluye la semántica, que explica el significado de las palabras. Si no podemos entender el uso de una palabra en la conversación, no podemos comprender el significado del mensaje que se quiere transmitir.

Otro tipo de barreras son las psicológicas, que tienen que ver con la situación psicológica concreta del emisor o del receptor del mensaje y tienen relación con los estados emocionales que pueden llegar a alterar el mensaje. Por otro lado, la simpatía o el rechazo que le tenemos al emisor o al receptor, puede influir en cómo recibimos o interpretamos el mensaje.

Finalmente, los prejuicios también influyen en cómo vemos a los demás y en cómo nos llega su mensaje.

También se encuentran las barreras fisiológicas, si uno de ellos (o incluso ambos) están bajo un estado alterado, a nivel fisiológico (por ejemplo ebrio, trastornado, confuso, somnoliento…), esto alterará la emisión y/o recepción del mensaje, que quedará distorsionado.

Las barreras físicasson las más evidentes. Se trata de todas aquellas circunstancias del contexto que dificultan una comunicación fluida y clara, ejemplo, de: ruido, falta de luz, distancia excesiva entre los interlocutores, problemas en los medios que se usan para comunicarse (televisión, teléfono, móvil…), etc.

Por último, las barreras administrativas son las que tienen que ver con los canales a través de los cuales se transmite el mensaje en un proceso comunicativo, así como con las estructuras organizacionales o la planificación en un acto comunicativo.

Ejemplo: la sobrecarga de información, pérdida de información, falta de planificación, distorsiones semánticas, comunicación impersonal…

Para eliminar estas barreras que se interponen en la adquisición de nuevas enseñanzas, se debería clarificar siempre los mensajes que no se entienden antes de avanzar en la interacción, en caso de no comprender un mensaje, preguntar de forma directa.

Es de suma importancia utilizar expresiones que fomenten una comunicación clara y fluida (es decir, ser claro y directo), al igual que empatizar con el interlocutor para llegar a conectar, practicar la escucha activa (escuchar con atención, mirando a los ojos, preguntando…).

También se debe utilizar un lenguaje acorde con la edad del interlocutor, ser congruentes con lo que decimos y con cómo lo decimos (lenguaje verbal y no verbal) y no dejar que los prejuicios nos afecten, verificar que nos siguen cuando hablamos.

Si evitamos las barreras de la comunicación en nuestras interacciones, tendremos una interrelación perfecta entre información y comunicación y finalmente lograremos nuestro objetivo.

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